La insuficiencia renal aguda es un síndrome caracterizado por el rápido deterioro del filtrado glomerular con aumento de creatinina y productos nitrogenados en sangre e incapacidad para mantener la homeostasis de líquidos, electrolitos y equilibrio ácido-base.
Actualmente se ha cambiado el nombre de esta entidad por injuria renal aguda (IRA) para enfocar la atención del médico en el reconocimiento temprano de esta patología y así prevenir la insuficiencia, última etapa de la injuria.
Epidemiología: se desconoce la incidencia precisa de la IRA en pediatría, sin embargo en pacientes críticos hospitalizados alcanza 1 a 5%, (especialmente en pacientes con sepsis y fallo multiorgánico). En neonatos varía entre 8 y 24%.
Etiología: Puede ser secundaria a una inadecuada perfusión renal, obstrucción vascular arterial o venosa, injuria celular del parénquima renal u obstrucción al flujo urinario.
Diagnóstico: Se interrogará sobre posibles agentes causales de IRA (drogas, tóxicos), patología renal y/o urológica previa, antecedentes familiares de enfermedad renal (hematuria, sordera, litiasis), balance hídrico (ingesta, diarrea, vómitos, diuresis, pérdidas insensibles aumentadas), registros previos de peso.
El objetivo es determinar la severidad y la causa de la IRA, así como descartar estar ante un paciente con insuficiencia renal crónica sin diagnóstico previo. La presencia de retraso pondoestatural, signos de osteodistrofia renal y riñones pequeños o asimétricos (por ecografía) son indicativos de cronicidad.
Se valorará: estado de hidratación, diuresis, piel y mucosas, neurológico, palpación abdominal, entre otros. Y como exámenes complementarios se encuentran: hemograma, uremia, creatininemia, ionograma, examen de orina, entre otros.
Tratamiento: Mantenimiento de la volemia y de la tensión arterial. En el niño con hipovolemia y/o injuria de causa tóxica es importante la infusión rápida de solución fisiológica (20 ml/kg) con el fin de mejorar o limitar la hipoperfusión renal, evitando que el daño prerrenal se transforme en parenquimatoso. Mantener adecuada oxigenación y evitar la anemia. Corregir la acidosis metabólica que provoca vasoconstricción capilar con mayor hipoxia. Prevención de infecciones. Minimizar la exposición a sustancias nefrotóxicas. Diagnóstico y tratamiento precoz de los procesos obstructivos renales. La administración de furosemida (1-5 mg/kg en bolos, o 0,1-5 mg/kg/hora en infusión continua) o dopamina (2-4 m g/kg/min) no ha demostrado prevenir o mejorar el pronóstico de la IRA, sin embargo el uso de diuréticos en pacientes oligúricos puede aumentar la diuresis facilitando el manejo clínico de esta patología.
Referencias:
Ferrero F, Ossorio M. Conceptos de pediatría. 4a. ed. Argentina: Corpus Editorial; 2013.
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