Fracturas en la infancia
A pesar que las fracturas en la infancia suelen manejarse de manera similar a los adultos, deben tenerse en cuenta algunas propiedades de la estructura ósea de los niños que condicionan características especiales en sus fracturas.
• Las fracturas pueden alterar el crecimiento o estimularlo al aumentar el flujo sanguíneo hacia la fisis y epífisis, por lo que puede tolerarse cierto grado de cabalgamiento. Por otro lado, pueden comprometer el crecimiento y producir deformaciones cuando involucren al cartílago de crecimiento (epifisiolisis).
• La elasticidad ósea propia del niño produce una fractura característica llamada “en tallo verde”. Por otra parte, su plasticidad y capacidad de remodelación permiten muchas veces aceptar que los fragmentos no estén anatómicamente alineados o presenten cierta angulación.
• La capacidad de recuperación del hueso en el niño es más rápida, por lo que los períodos de inmovilización suelen ser más cortos. Entre las fracturas más frecuentes se encuentra la de clavícula en el recién nacido por trauma obstétrico, la cual habitualmente se resuelve sin complicaciones. Fuera del período neonatal son frecuentes las fracturas del codo (supracondíleas, cuello de radio, epitróclea y cóndilo externo), que pueden requerir tratamiento quirúrgico. Cuando las fracturas en la infancia no respondan a las características habituales o el relato de su ocurrencia sea confuso, deberá sospecharse lesión por violencia o patología subyacente.
Referencias:
Martínez R. Osteopatía y pediatría. 1ra edición. Madrid: Editorial médica panamericana; 2005
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